Vale, dada la coyuntura actual, el título es a todas luces engañoso. Pero permitidme esta licencia para hablar, una vez más, de bancos que van mucho más allá de su mera funcionalidad, que no es otra que servir de asiento a los viandantes.
Y ya que hemos empezado con un título "rebuscado" vamos con lo que podía ser una metáfora de los banqueros actuales, que pueden quebrar, pero sus directivos se van con las "manos llenas", mientras que el rescate lo pagamos entre todos. Metáfora aparte, este banco sólo tiene pies y manos.
A continuación vamos un candidato al banco más popular: un par de bancos para sentirse como en casa. Seguramente más duro que nuestro sofá de casa, pero parece que sólo falta el mando de la tele para discutir con los niños qué programa poner.
Aquí la originalidad pasa por encima de la funcionalidad: las manos que sirven de soporte se comen buena parte del espacio para asiento.
En otra entrada ya comentamos los banco-libros, que recogen hasta un fragmento de la obra representada por si alguien quiere leer un rato.
También existen ediciones infantiles para popularizar la lectura entre los más pequeños.
Y también están los bancos que, por mucho que lo intenten, no van a tener muy difícil conseguir la popularidad entre los usuarios. Y es que lo que está mal, no hay por donde cogerlo.
¿Que este último os parece de traca? Pues el "artista" tiene más "arte" que ofrecernos.
Y lo peor es que alguien habrá cobrado por ello (y seguramente una pasta, como los directivos de los bancos que quiebran).
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