Estamos en época vacacional y las críticas, una vez más, dejan sitio a las curiosidades. Esta vez con una recopilación de vallas, cuando menos, peculiares. Muchas de ellas verdaderos ejemplos de reciclaje.
Empezamos con una valla que recicla un buen número viejos esquís.
Seguimos con un vallado que, en cierta forma, promueve la movilidad sostenible, a la vez que da un nuevo uso a viejas bicicletas.
Y otra versión de reciclado de bicicletas. Eso sí, en esta ocasión sin ruedas.
También hay quien recicla tablas de surf. Y es que hay que aprovechar lo que nos da el clima local.
Luego está quien en las vallas de sus casas nos muestran su interés por la pintura. Este primero en versión empollón, con todos los lápices nuevos y ordenados por colores.
Pero también hay quien refleja en su vallado una personalidad más desordenada, de ese que tenía todos los lápices revueltos en el estuche.
Pero volvamos al reciclaje. Se pueden reaprovechar ruedas de carro. Aquí con una composición más caótica.
Pero también en formas más regulares.
También hay quien hace vallas reciclando botellas.
Y para terminar una valla que nos pensaremos dos veces antes de saltarla.
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