Cuenta la leyenda que, a principios del siglo XXI, hubo una
Presidenta en una Comunidad Autónoma a la que no le gustaban las glorietas. Y como era Presidenta y mandaba
mucho, prohibió que se construyesen más
glorietas en su Región (de boquilla, que estas cosas no conviene dejarlas
por escrito). Así, sin ningún criterio técnico. Simplemente porque no le
gustaban. Ya os imagináis que en las leyendas pasan estas cosas.
Nadie se atrevió a contarle las bondades de las glorietas. A
explicarle que, con tráficos compensados, regulaban bien el tráfico con un
mantenimiento muy inferior al de los semáforos. Que en travesías urbanas sirven
como elemento disuasorio de la velocidad. Que reducen drásticamente la gravedad
de los accidentes, de 0,8 fallecidos por accidente frente a 4,8 en las
intercesiones en cruz (Anuario DGT 2014).
Parece ser (esto ya es interpretación mía) que alguien, con
la Esperanza
de que algún día la Presidenta se jubilara, hizo cosas como la que traigo hoy
al blog. Una intersección en Cobeña, un municipio al Noreste de Madrid, en la conexión con la carretera M-103 con la M-118.
Primero veamos la situación de partida, con los giros a izquierda regulados con STOP. No es la tipología de
cruce más segura. La M-103 es pasante en dirección N-S y la M-118 acaba en este punto convergiendo desde el SO.
Ahora veamos la nueva solución. A mi me parece una no-glorieta que, con alguna
modificación, tal vez se pueda transformar algún día en glorieta. ¿Habrá sido
esa la intención del proyectista?
En la imagen ampliada se aprecia como la M-103, a la
izquierda de la imagen, es pasante, regulando
los giros a izquierda con sendos STOP, más o menos igual que antes de la remodelación. El resto de movimientos que utilizan el
anillo también se regulan con STOP.
El presupuesto del la obra fue de 1 millón de euros.
Y me pregunto ¿Hacían falta tantas alforjas para este viaje?
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