jueves, 12 de abril de 2018

Gibraltar español y otras extravagancias

El contencioso de Gibraltar, única colonia existente en Europa, es un vestigio de los conflictos dinásticos del Antiguo Régimen. La Plaza fue ocupada el 4 de agosto de 1704, durante la Guerra de Sucesión española, por una flota anglo holandesa.

Mediante el Tratado de Utrecht, de 13 de julio de 1713, la Reina Ana de Gran Bretaña pactó con el Rey de Francia Luis XIV el reconocimiento de su nieto Felipe como Rey de España y logró, que la Corona de España cediera Gibraltar.

España ha solicitado reiteradamente al Reino Unido entablar negociaciones, en cumplimiento de lo dispuesto por las Naciones Unidas, para llegar a una solución definitiva del contencioso de Gibraltar.

Mientras tanto, algunos alcaldes de municipios repartidos por la geografía española han querido hacer gala de un patriotismo cuasi-cómico, nombrando a una de sus calles... ¿Lo adivináis? Pues sí: "GIBRALTAR ESPAÑOL".


Y no han sido uno o dos. Han sido unos cuantos. El primer ejemplo que ilustra esta entrada corresponde a Torrijos, en la provincia de Toledo. En este municipio la calle presenta más de un formato (podéis comprobar que el escudo es el mismo).


Podemos encontrarlo desde en alguna capital de provincia, como Almería.


Hasta en una humilde pedanía como Balsicas, perteneciente al municipio de Torre Pacheco, en la Región de Murcia.


En Torredelcampo, en la provincia de Jaén.


O en Alcázar de San Juan (Ciudad Real).


Más allá de las reivindicaciones soberanistas sobre el Peñón, hay otras calles con resonancias patrióticas, como "Arriba España", aunque estas están cambiando debido a su asociación al bando sublevado de la guerra civil española. Aquí vemos como retiran la placa de la calle de Madrid.


Dejando el patriotismo a un lado, no se acaban los casos de calles con nombres estrambóticos. En el el centro de Granada, por ejemplo, podemos encontrar la calle "Niños luchando".


Alguno se preguntará el origen de tan singular nombre para una rúe. Cuenta la leyenda que en la casa de una familia humilde, dos niños jugaban simulando una lucha y en el calor de la ficticia pelea arremetieron contra un tabique tan endeble y viejo que se vino abajo. Con el tabique, entre ladrillos y cascotes, cayó también un chorro de onzas y doblones que alguien había ocultado en la pared. El padre se llevó tal alegría que mandó hacer un bajorrelieve de mármol con la imagen de dos niños luchando y lo puso en la fachada de la casa. Andando el tiempo, la imagen acabó bautizando la calle.

En Valladolid se encuentra la Calle del Hostiero, así llamada, no porque repartiesen leña, sino porque fabricaban hostias para las misas.


Y terminamos volviendo a Almería, donde encontramos la calle "Quinto pino". si alguno piensa que queda lejos, está en lo cierto ya que se encuentra en las afueras de la ciudad, en la salida hacia El Alquián. ¿Por qué eligieron este nombre? Algún almerinese lo sabrá. Nosotros no.









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