El filósofo y escritor Leonardo Boff dijo en una ocasión “Si
quieres subir una escalera larga, no mires hacia ella, mira cada peldaño”. Pues
hoy vamos a discrepar con este intelectual brasileño. A las escaleras, antes de
subirlas, hay que echarlas un vistazo general para ver a donde nos llevan y decidir si merece la
pena subirlas (o bajarlas).
Y es que hoy traemos al blog un ramillete de escaleras que hacen cuestionarse la capacidad intelectual de los arquitectos que las diseñaron. Hemos abierto con lo una especie de tomadura de pelo: baja, para después subir y a continuación seguir bajando. De traca.
Pero enseguida veréis que hemos empezado suave. Hemos encontrado un montón de escaleras que no llevan a ninguna parte:
O tal vez están pensadas para fantasmas. Aunque siempre me he preguntado: si los espectros atraviesan las paredes ¿por que se apoyan en el suelo o en las escaleras?
Esta fastidia más, porque si te das cuenta tarde, te toca volver a subir.
Otras, simplemente te lo ponen difícil.
Algunas, realmente difícil.
Hay que reconocer que, a veces, piensan en las personas de movilidad reducida y las escaleras se acompañan con una rampa, como en este caso, en que la rampa se ha diseñado con una pendiente adecuada pero ¿para qué? ¿hacia dónde?
No me resisto a mostrar esta escalera para valientes, en el Monte Huashan (China) aunque en descarga de sus creadores podemos decir que no es lo peor del itinerario turístico de este monte, así que tampoco nos vamos a poner demasiado exigentes. Pero como curiosidad, ahí queda.
Y es que, visto lo visto, el genial Escher, más que un provocador de lo imposible, parece que fue un visionario.
¡Grande Escher!
ResponderEliminarLo más sorprendente de estas escaleras no es que hayan sido diseñadas malamente, es que pese a que a todas luces son un despropósito, han sido construidas (con es coste absurdo que ello implica), sin que ningún ser medianamente sensato y cuerdo haya parado su construcción.